Empezamos los tres
Caimán, Cuñao y un servidor, la ruta en Sta. Margarida de Montbui sobre las 16.
Después de despedir a Gemma y compañía (una abuelita muy simpática), nos
dirigimos al encuentro del compañero Javi (cartero). Después de saludarnos y
esas cosas que se hacen, nos sorprenden Gemma y la señora adelantándonos por el
camino.
Cogemos dirección Montbui
pueblo por los campos, una vez llegado allí seguimos hacia el famoso rompe
piernas, antes del cual cogemos un senderito para atajar, el cual estaba hace
un par de semanas tapado por restos de árboles cortados, pero que ya han
limpiado.
Al llegar al rompe
piernas cogemos el sendero de la derecha, en el cual Xavi, me dice que hay dos
caminos en el mismo sendero uno recto, el que toman David y Javi, y el que hace
zig zag, que es el que tomamos Xavi y yo (me sabe mal pobre Xavi siempre preocupado
por mi), jeje. Una vez llegamos al final del sendero cogemos la pista de la
censada.
Seguimos dirección la
Llacuna, subiendo y bajando, también atravesando algún río que otro, en el cuál
tuve que poner el pie dentro, para comprobar la temperatura del agua. Un poco
más adelante paramos en Sta María de Miralles para hacer una visita a la fuente
de Sant Romà, donde aprovechamos para hacer foto y rellenar bidones que ya
estaban vacíos. A unos 150 metros paramos para ver otra fuente, esta no tan
elegante como la otra.
Avanzando, avanzando unos
más que otros, llegamos a Cuatre Camins, donde hacemos una pausa y recuperamos
fuerzas en el restaurante de la gasolinera Petromiralles, cortesía de David
(gracias eh, que no te dije ná).
De allí dirección Sant
Magí de la Bufaganya, donde cogemos un desvío que nos lleva al Balç de Fontanilles y desde de allí a la parte trasera del Castell de Sta
Maria Miralles. No sin antes tener un encuentro con un par de chuchillos
(leones parecían), los cuales Xavi ahuyentó valientemente a pedradas, seguido
de un chispazo de Javi, con el cual pudimos seguir nuestro heroico camino,
campo a través (nunca mejor dicho).
Una vez rodeado el campo
plantado de trigo, A PIE, menos algún valiente que intentó ir montado en su
montura de aluminio. Nos encontramos con la pista de la Agulla Grossa. Seguimos
y empezamos a bajar, eso sí abrigados porque hacía un poco de rasca. Después de
superar un pequeño bache, con el barro arcilloso, que a alguno le quedo la bici
guapa, eh David, desde allí bajada hasta la carretera de Valls para empalmar
con la pista de la censada, que nos llevaría de vuelta a casa. Nos despedimos y
a descansar, bueno alguno a lavar la bici, jeje, con cariño eh. Al final nos salió un total de 36 Km con 711 m de desnivel acumulado.
Espero no haberme hecho
muy pesado, pero no conozco la zona y me cuesta explicarme. Un saludo
compañeros.